Sobreviví el 2011, pero ¿Pasaré el 2012?
“Manual para ser estudiante
y no morir en el intento”
Ser estudiante universitario en tiempos tan convulsionados como estos no es nada fácil y sobrevivir a esta etapa tampoco lo es. Este año 2011 en donde el mundo pareciera que ha despertado de un largo letargo y poco a poco grandes masas de manifestantes han comenzado a salir a las calles a exigir derechos y en otros muchos casos a liberar tensiones, se me hace imperiosa la necesidad de contar mi historia. Como ahora con esto de las redes sociales nos ha dado a todos por ser famosos, cómo yo voy a ser la excepción.
Esto comienza más o menos así: tengo 26 años, no poseo un domicilio fijo y soy provinciana y más que esto pueblerina. Esto último no lo digo peyorativamente, sino que para poner énfasis en que es bien distinto ser estudiante capitalino que pueblerino. Estudio en una Universidad “tradicional”, pero de sede chica. Bueno, bueno Campus aunque igual seguimos siendo la hermanita fea de la princesa, no nos subamos por el chorro tampoco, pero sigamos. Estudio como muchos en este país con crédito y de solo pensarlo se me aprieta la guata y lo que es peor, una carrera que me gusta a medias (que quede claro media tirando para menos que para más), ¿podría ser peor mi vida? Obvio que podría ser peor: estudiar en una privada y tener crédito con aval del estado ahí sí que estaría hasta el tuétano, mal que mal ser del consejo de rectores sirve ¿o no? … ah! se me olvidaba algo, eso era antes, parte del pasado. Ahora somos toditos iguales ¿viste que las movilizaciones sirvieron para algo? (para cagarnos solos). Pero en fin continuemos con mi presentación. No soy alumno brillante y mucho menos lumbrera (si lo sé es lo mismo pero me gusta como suena) jamás me cuelgo de un profe y si lo he hecho hagan el favor de olvidarlo. Tengo pase escolar , aunque casi ni uso porque prefiero andar en colectivo (se que suena pelolais pero me gasto el sueldo casi entero en este puro ítems) viste que ninguno de los barrios en los que vivo tienen nombre de santo. Cómo gracias a la JUNEAB, bequita que me dio el Estado, aunque después por medio del crédito tenga que pagar como mil veces el maldito completo que me comí y junto a esto pagar un tratamiento para bajar de peso porque bucha que uno engorda con esta cuestión, como no hay que ser mal agradecido en esta vida no importa que tenga guata, dos rollos gigantes y que mi pera ya este dividida en tres porque sino fuera por la beca tendría la guatita pegada a la espalda y eso si que es feo.
Para los que saben leer entre líneas que no es el caso de muchos, ya se habrán dado cuenta que soy recontra optimista por eso se que cuando termine esta carrera me llenare los bolsillos de plata, tendré alumnos que serán unos Ángeles y me condonarán la deuda del crédito gracias a mis notas ¿Es bonito soñar cierto? Menos mal que es gratis porque sino lo fuera estaría frita porque vivo en Chile.
Como ya me presenté y fue bien largo el cuento, ahora trataré de sintetizar, aunque se me hace difícil, es que soy hija de colegio público y ahora me emparenté con una Universidad con vocación pública, por eso, no me pidan tanto.
Este año 2011, mi Universidad, esa que les conté que era chiquitita, media antigüita, pero que en realidad es bien mononita, se lleno de espíritu revolucionario y fuimos los primeros en paralizar las clases y empezar la lucha. Se armó el cuento y estábamos todos con la camiseta puesta para emprender el viaje sin retorno por mejorar la educación de este Chilito lindo, casi un mes parados, ¡Rico! los más aguerridos durmiendo en las dependencias de la Universidad y los flojos que apoyábamos moralmente durmiendo en nuestras casas, viendo los matinales, SQP, la doctora polo y de ahí para delante toda la programación novelesca que la televisión abierta nos pudiese ofrecer (obvio no todos tenemos tv por cable) y los más pudientes conectados a las redes sociales y a cuanto canal online exista. Suena bonito, muy bonito. Cada uno tenía lo que quería. Después de un tiempo regresamos a clases, recandelarizamos y terminamos nuestro semestre ¡Urra! ¡Urra! Estábamos listos, si hasta vacaciones de invierno tuvimos los muy patudos, pero no me van a creer, el movimiento nacional se hizo más fuerte y obviamente nosotros no íbamos a quedar debajo de la micro mirando como se marchaba, teníamos que subirnos y como les dije más arriba suena lindo muy lindo, pero entre lindo y lindo las cosas se ponen feas y ese fue nuestro caso. Por revolucionarios y por flojos ahora estaremos hasta enero todos muy bien sentaditos, con un leve calorcito, sin beca de comidita y con clasecitas todas muy entreteniditas.
Así que para todos los compañeros que mantienen viva la llama de la revolución, ¿por qué no le piden al viejo pascuero un manual para entender los discursos del presidente de la FEC, uno para entender los paros rotativos y otro que explique que …. era el MUR y de pasadita una piscina gigante para ver si Dios o alguno de sus santos lee la columna de esta humilde servidora y hace el milagro y los ahoga a todos juntos?